Indignación ante el apoyo a la libertad de expresión en el CSC Luis Buñuel

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Durante la última semana, distintos medios de comunicación le han dado bombo y platillo a las declaraciones de Pedro Navarro, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Zaragoza, en relación a la charla-debate que tendrá lugar el próximo 4 de marzo en el CSC Luis Buñuel, y en la que, entre otras personas, participará el rapero Pablo Hasel. Navarro tacha de indignante que «ZeC haga del Luis Buñuel un centro de difusión para los que promueven el odio social e incitan a la violencia».

Desde nuestro punto de vista, indignante es que cualquier político censure la programación de un debate en torno a la libertad de expresión, sobre la cual, en teoría, se basa la democracia. Por definición un debate, sea sobre el tema que sea, no es un foro para el ensalzamiento, sino más bien para el diálogo y la argumentación de ideas por parte de las distintas personas participantes.

Más indignante es todavía que el señor Navarro, además, se alce en defensa de los «derechos de los zaragozanos» mientras tacha de barbaridad una iniciativa ciudadana que lanza una invitación, abierta a cualquier persona que quiera participar, para poder establecer un diálogo transparente y sincero con miembros de nuestra sociedad, condenados  por ejercer su derecho a la libertad de expresión. Además, Navarro tacha al alcalde de Zaragoza de ponerse «siempre del lado de sus partidarios», lo cual refleja una manera de ver el mundo que dista mucho de la óptica empleada en cualquier Centro Social Comunitario.

Todo esto revela como evidente que este evento ha resultado ser una oportunidad excelente que no podían dejar pasar para calumniar la labor del centro, que se ofrece siempre como un espacio para la expresión y diálogo de la comunidad.  Y demuestra además una falta total de entendimiento de lo que un centro comunitario es en sí mismo, de sus valores y funciones.

El CSC Luis Buñuel está formado por personas con intereses e ideas bien distintas y también comunes, que trabajan por encontrarse y entenderse. Se fomenta la curiosidad e intereses de cada individuo y del colectivo, al tiempo que se impulsan procesos de transformación generados por el cuidado y respeto de la cultura comunitaria. Todas somos parte activa y responsable de nuestro entorno. El diálogo, más allá de nuestras posturas, partes y partidos, es una responsabilidad ciudadana.

Más de 8.000 personas participan anualmente en el Buñuel, algunas aman el rap y otras nunca lo escucharían. Algunas de ellas se sienten profundamente sensibles a cómo se legisla el derecho a la libre expresión en nuestro país y, como es el caso del colectivo Marchas por la Dignidad, dedican enormes esfuerzos a generar procesos de reflexión en torno al tema. La misión del CSC Luis Buñuel es respetar y acompañar este esfuerzo, que es el de un grupo entre los muchos que emergen de nuestro colorido tejido social, para expresarse e invitar a quien resuene a participar con su propia voz.

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