Nos emociona comprobar que nuestra sociedad demuestra estos días sus profundos y poderosos valores comunitarios. El apoyo mutuo entre vecinas, los aplausos a trabajadoras de la sanidad pública y de supermercados, la oferta de conciertos en directo vía redes sociales… Sin olvidar el ingenio de quienes crean memes de todo tipo para ayudarnos a llevar mejor la situación.
Ahora sí que empieza la alarma de verdad. Queremos que en estos días de confinamiento vaya un pensamiento para las personas que habitan en lugares que no deberían existir. Hablamos de las infraviviendas, un problema que se vive en muchos barrios de muchas ciudades, entre otros en el que es nuestra casa, el barrio del Gancho de Zaragoza.
Gracias al trabajo de concienciación que ha realizado el Consejo de Salud de San Pablo, especialmente en el último año, hoy sabemos que muchas de nuestras vecinas se ven obligadas a vivir en casas que no cumplen unos mínimos de habitabilidad. Las autoridades lo saben, pero no han actuado hasta ahora. Nunca hay tiempo para las olvidadas de nuestra ciudad.
Ahora que hemos tenido que parar por decreto y que disponemos de tiempo para darnos cuenta de lo que tenemos -y quizá también de quiénes somos y quiénes queremos ser-, es buen momento para pensar en aquellas que siempre quedan al final de la lista de prioridades.
Cuando salgas al balcón, acuérdate de ellas. Acordémonos todos los días, para tenerlas presentes también cuando acabe el confinamiento. A ver si así logramos que este problema sea un asunto político de primer orden cuando salgamos del aislamiento y todo vuelva a ser ¿normal?
?#Fotaka de Rosa Maria Macipe Costa en los Encuentros de Salud y Vivienda de Salud en el Gancho