Desde que comenzase a rodar en 2012 el proyecto del Centro Social Comunitario Luis Buñuel se ha mantenido siempre firme a unos valores, que han compartido dentro y fuera de sus puertas todas las personas que por aquí han pasado y pasan, y que han aportado y luchado para hacer del Buñuel el espacio que es hoy.

Y es que el Buñuel somos todas y cada una personas que han pasado por aquí, las diferentes organizaciones, plataformas o grupos que han desarrollado alguna actividad en el centro. De manera permanente, de paso, formando parte de las comisiones o sencillamente participando en algún evento. Y resulta natural decirlo, porque se sabe. Porque somos conscientes de que estar en el Buñuel es formar parte de algo necesario e imprescindible para la ciudad y su gente. Para nosotras mismas.

Este espacio comunitario y social, accesible, abierto, inclusivo, autónomo y alternativo, donde se vive sobre la idea de la gestión compartida, la autogestión, la sostenibilidad. Este proyecto de democracia participativa donde cada persona tiene voz y es tenida en cuenta, donde bajo la idea de lo procomún se trata de que cada una de sus participantes encuentre su espacio y lo comparta con el Buñuel y su gente, que somos y sois todas, y haga suyo también el Buñuel.

Resulta extraño repetir estas palabras, valores, que conocemos y vivimos al participar del proyecto. Sin duda ayudan a entender lo que ocurre cada día y cada minuto dentro de las puertas del Buñuel, ya que forman ya parte de todas y las llevamos con nosotras, esta manera de entender el mundo, una vez salimos por la puerta del centro. Estos conceptos crean y alimentan el proyecto del Buñuel, el proyecto de crear un espacio libre y abierto donde todas las ideas confluyen, abierto al barrio del Gancho y a la ciudad de Zaragoza, donde siempre se ha tendido la mano a la presencia de actividades de toda índole. Centro de debate y de lucha, y que han llevado al Buñuel, sostenido por su gente, a convertirse en el espacio abierto y libre que es hoy.

Es imposible por tanto pensar que la noticia de la sentencia no haya tenido peso en las personas que forman el Buñuel. Se ha reflexionado, se ha dedicado tiempo, ha dolido.

Pero del mismo modo que resulta extraño repetir los valores del proyecto, es difícil plantear la situación o este comunicado en tono de derrota o pesimista. Plantearlo como si algo hubiese cambiado, cuando no es así, resulta antinatural. El Buñuel y su gente sabe lo que son los golpes, pero sobretodo sabe lo que es trabajar por un proyecto que solo sabe crecer. Y esto es solo un golpe, otro más. Es por ello que suena extraño el repaso que se ha ido haciendo estos días a la historia del Buñuel para preparar diferentes temas. El recuento de las actividades que se han realizado en el centro, o de las personas que han pasado por aquí. Es extraño porque nada ha cambiado. El Buñuel ha seguido y sigue vivo, sigue en marcha y sigue creciendo. Sigue compartiendo una manera de ver y entender la vida desde unos valores comunes, compartidos por todas, y sigue abriendo sus puertas al barrio, a la ciudad y sus gentes. Porque el propósito con el que nace el Buñuel no tiene fin. El propósito del Buñuel es existir, es mantenerse vivo. Y lo va a hacer.

Así, nos vemos este viernes 17 a las 20:00h en el la Plaza Santo Domingo para recordar lo mismo que llevamos recordando cada día de vida del proyecto desde el 2012: que seguimos vivas, y que como mínimo, con el Buñuel, tenemos un motivo por el que creer en un mundo mejor, más justo, igualitario y abierto donde poder existir, expresarnos, intercambiar y crecer.

Y resulta, que empezamos aportando al proyecto, pero nos vamos dando cuenta que es el propio proyecto el que nos aporta a nosotras. Que se trataba de darle vida al Luis Buñuel y es el Buñuel el que en parte nos da vida a nosotras”

Extracto del relato Colectivo CSC Luis Buñuel, Marzo 2017

#ElBuñuelSeQueda

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